Un fallo, aunque sea mínimo, en el cálculo de los ensayos de los cohetes puede desencadenar en un accidente muy grave. La gran potencia de los cohetes unido al empleo de grandes cantidades de combustibles los convierten en elementos muy sensibles ante cualquier imprevisto. Esto es lo que acaba de ocurrir en China, donde el lanzador Tianlong-3 ha salido impulsado de forma descontrolada mientras ejecutaba un ensayo estático.
El accidente habría sido provocado por un problema estructural y, a pesar de las llamativas imágenes del incidente que no han tardado en hacerse virales en las redes sociales, no ha habido que lamentar ningún herido, según informó la propia compañía a través de su perfil en la red social WeChat. Las alarmas se encendieron después de que partes de la estructura del cohete cayeran dispersas dentro de la zona de seguridad que se había establecido, una medida necesaria en los ensayos de encendido de motores para evitar mayores consecuencias en caso de un posible accidente. La compañía continúa trabajando en la investigación para esclarecer lo ocurrido.
Un incendio ya extinguido
La principal consecuencia de este accidente, más allá de los daños materiales para la citada compañía, ha sido un pequeño incendio que se produjo como consecuencia del impacto, aunque según ha informado el servicio de emergencias de la ciudad de Gongyi, este fue rápidamente sofocado y ya se encuentra extinto: “El incendio fue extinguido y nadie ha resultado herido“, apuntan.
El Tianlong-3 es un lanzador compuesto por dos etapas y parcialmente reutilizable —la primera de ellas— que está desarrollando Space Pioneer. Se trata de un pequeño conglomerado de fabricantes de cohetes del sector privado que ha experimentado un gran crecimiento en China en los últimos 5 años.
